Mucho más ruido...






Duelen todas esas primeras veces que ya no. Es decir, me habría encantado verte volar el día que te diste cuenta que tenías alas en vez de brazos. Y quizás tu primer beso no, pero no me hubiese importado ser la primera que te hiciese el amor de otra manera diferente al resto. No sé, no tengo ni idea sobre si eras más de salvar o de dejar que te salven; pero podríamos haber saltado juntos al precipicio para ver quién caía antes para amortiguar el golpe del otro. 
Donde estés tú quizás no, pero en tu recuerdo hace mucho frío. Un invierno eterno en aquella estación de autobuses, con el corazón tiritando, recordando cómo la distancia contigo a veces era números negativos cuando me rozabas la mano. 
Hoy ha sido un día de preparar maletas, de viajes y despedidas. También de echarte de menos. Supongo que desde que no nos vemos, ningún sitio es del todo casa. Y lo malo de estar tan vacíos es que, el portazo de la tristeza cada vez que llega, hace mucho más eco. Mucho más ruido.


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