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Mostrando entradas de diciembre, 2014

De pequeña.

-Porque el pleno siglo XXI hay quien te dice que en vez de estudiar una ingeniería, te tendrías que dedicar a fregar. Tenemos los mismos derechos, que no se os olvide.- Yo de pequeña soñaba con ser princesa. Quería llevar un vestido rosa y zapatos de tacón, vivir en un palacio con un jardín enorme y tener un príncipe azul que viniera a rescatarme en caballo siempre que las cosas fueran mal. Quería ser modelo además, porque eso implicaba ser guapa y a mí me habían inculcado qu e así se triunfaba en esta sociedad. También sabía que tendría que ser ama de casa porque las cocinitas y las fregonas eran los juguetes de las chicas. A diferencia de lo que yo pensara, no podría ser futbolista, ni camionera, ni albañil, ni ingeniera. Me tenían que gustar las muñecas e ir de compras. Nadie te preguntaba por tu color favorito porque daban por hecho que era el rosa. Pero nunca nos dijeron cómo conseguiríamos la corona. Y ahí está el problema. Nos enseñan a ser sumisas, a soñar con un amor de ver

Te echo de menos. Así de claro.

-Perdonadme, la inspiración me ha dejado con el café preparado y enfriándose en la mesa. Y yo, tan tonta, hasta sonrío al recordarle. Si os fijáis un poco, siempre se me ha dado mejor escribir los principios que los finales. Por qué será...- Me echo de menos. Echo de menos al mí de yo contigo, al tú de conmigo pero sin mí, al nosotros que nunca tuvimos. Echo de menos sobrevivir a las tardes de domingo sólo por saber que te vería por la noche, los paseos en moto de mi vida en  tus manos adelantando a los coches. El sonido de tu voz y de tu risa, el sonido de tu silencio y tu particular sonrisa, y mis sueños tintándose del color de tus ojos. Tus versos desnudándome las inseguridades, matándome el miedo, parando el tiempo y tatuándome verdades. Tú y tus labios hablando de sexo, mientras enseñan los dientes para recordarme todas las cosas que teníamos pendientes. Y tus dedos, al tacto, silenciándome, como si me arrancaras las cuerdas vocales. Tienes la capacidad de dejarme sin palabras,

Me canso.

-Digamos que hoy se me han llenado las manos de decepción porque sé que nunca se cumplirán algunas promesas. Ahí os va un poco de mi mierda-. Me canso de ser yo. Me canso de mi piel y de mis manos. De mis ojos y mi cara. Me canso de mis piernas y mis labios. Me canso de intentar salvarme fingiendo que soy poeta. Me canso de las personas que en vez de la sonrisa, te miran las tetas. Me canso de escuchar mentiras, planes de futuro que ni siquiera tienen presente. Me canso de lo s prejuicios y de las cosas que siempre tengo pendientes. Me canso de las palabras que carecen de sinceridad, de la indiferencia de algunas caras al contemplar una tragedia. Me canso de ver que la gente se tapa la cara para llorar. Me canso de las desigualdades que alimenta e incrementa el sistema. Me canso de la gente que folla por follar. Me canso de los que se denominan amigos de verdad, y a la primera de cambio te olvidan. Me canso de besos que saben a mierda. Me canso de la hipocresía que muchos llevan por