No conozco mejor paisaje...

Reía como si no hubiese un "mañana", ni siquiera un "luego". Reía abriendo tanto la boca que se le veían los sentimientos, y yo nunca habría imaginado un corazón con estampado de flores. 
Los días de lluvia pisaba los charcos como si ahogara sus miedos en ellos y se movía bajo el agua cayendo, como si fuese una nube. 
La he visto bailar sobre el suelo y volar en el césped de un parque la madrugada de un sábado. La he visto ser feliz un domingo y empezar la mañana de un lunes, cantando, mientras se desenredaba el pelo. La he visto llorar sujetándose los pedazos para evitar un derrumbamiento. Pero, sobre todo, he visto lo que guarda en el pecho y puedo asegurar que no conozco mejor paisaje.

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